Vértigo es una de las películas mas fascinantes que he visto
nunca. No la entiendes cuando la visionas de niño. No la aprecias como merece
cuando la revisas de joven. Y la disfrutas en toda su magnitud cuando ya tienes
unos años. Se han escrito decenas de libros, de ensayos, de tratados, sobre la
obra maestra de Alfred Hitchcock, desmenuzándola, teorizando sobre ella, etc…y aun asi,
su magia sigue intacta. Durante las pasadas vacaciones volví a revisarla tras
años sin hacerlo y tanto por la copia que disponía como por la televisión de
reciente adquisición que tenemos en casa, apareció ante mis ojos en todo en su
esplendor.
Compleja, obsesiva, imaginativa, agobiante, romántica, genial. Un complejo
e indefinible James Stewart en estado de gracia y una Kim Novak que no parece
de este mundo. Quizás la mejor rubia que tuvo Sir Alfred en sus manos aunque su
colaboración solo se diera en esta película. No fue apreciada en su día y
tuvieron que pasar unos años hasta que Vértigo se empezara a colar en las
listas de lo mejor de la historia del cine. Quizás una de las películas mas
imitadas consciente e inconscientemente por decenas de directores (De Palma,
Amenabar, Polanski….) pero jamás superada. Difícil elegir mi película favorita
de Sir Alfred estando por ahí Encadenados, La Ventana Indiscreta y Con La
Muerte entre en los Talones, pero Vértigo tiene un halo especial, unas
intenciones diferentes. Eterna.
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