Cardinology.

En 2004, tras escuchar el formidable Love Is Hell estaba totalmente convencido que Ryan Adams era el gran genio de nuestro tiempo. El ultimo eslabón de una cadena de grandes compositores americanos. Lo tenia todo: talento, voz, imagen, y canciones. Todo. Pero el tiempo ha ido degradando su figura (que no su prestigio, quiero creer). Nunca supo tratar a su publico y su ego le ha ido jugando malas pasadas. Aun asi, Ashes And Fire (2011) demostró que cuando quiere, puede. En cualquier caso, hablamos de un tipo hiperactivo y con una carrera mas que voluminosa a pesar de haber debutado en 2000 con aquel increíble Heartbraker. Y con una carrera tan importante y con tantos giros y variantes, es difícil poder seguirle la pista. Cardinology, de 2008, es quizás uno de los discos del canadiense que siempre pasan mas desapercibidos. 

Es uno de mis discos favoritos de Adams y sin duda, mi preferido con los Cardinals. A este tipo de albumes los llaman de "transición" pero si uno profundiza, la calidad está ahí. Buen equilibrio entre el nivel de las canciones, ofrece todo lo bueno que atesora el canadiense: sensacionales interpretaciones vocales, guitarras ardientes, arreglos que engrandecen las canciones, buenos guiños a ídolos del autor (jamas ha sonado mas a Neil Young que en le preciosa Natural Ghost) y la consabida emoción que destilan sus canciones. Es un genio y a la par un cabeza loca. Mejor quedarse con lo primero.