martes, 12 de julio de 2016

Version 2.0.

Anoche, mientras escuchaba el ultimo álbum de Garbage me preguntaba: Que sentido tiene que un grupo como Garbage publique un nuevo disco en 2016? No supe que responder (me). Supongo que ninguno o todo el sentido del mundo. La música es (o debería ser) el arte mas libre y mientras uno quiera y tenga ganas, puede publicar lo que lo le salga de ahí. Y porque no Garbage? Si que debo confesar que al margen de esa autoreflexion me decepcionó sobremanera su nuevo album (lo llevan haciendo desde varios años atrás) y la propuesta nuevamente me resulto carente de emoción. Su artificiosidad (que en sus primeros tiempos era parte de su encanto) está intacta pero ya muy sobada. Por eso me cuesta que sus ultimas propuestas me parezcan interesantes tras varias escuchas. 

Para solucionar una nueva decepción de las huestes de Butch Vig, hoy he venido al trabajo escuchando su segundo album, al que hacia lustros que no me acercaba temiendo encontrarme con una decepción de un disco que antaño me gustó muchísimo. Pero no ha sido así. Mantiene la frescura y las ganas de hacer algo diferente en aquellos años. Fueron un grupo valiente, en cierta manera. Su primer disco me sigue pareciendo excelente y este segundo lo mismo. Música que entra a la primera a pesar del batiburrillo de sonidos y producciones que tiene detrás. Canciones como Special, Medication, When I Grew Up, I Think I´m Paranoid o Push It mantienen toda su energía generacional. Y la que siempre fue mi favorita, la envolvente The trick Is To keep Breathing me ha vuelto a producir las mismas sensaciones placenteras de antaño. Si, eran (y son) artificiosos (que no artificiales), hace tiempo que perdieron su sitio e interés, pero eso no evita que sus dos primeros discos sean relevantes para aquellos que vivimos su salida con veintipocos.


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