Parklife.

El otro día rescaté este disco de la estantería tras muchos años sin escucharlo. Me apetecía que volviera a sonar en casa, pero temía que el paso del tiempo hubiera hecho mella en el. Algo de eso hubo, pero también recuperé muy buenas sensaciones. Parklife me sigue pareciendo, con diferencia, el disco mas logrado de Blur. Me gusta mucho el inmediatamente anterior y me cuesta horrores terminar los siguientes (Blur, 13....). Algo murió en Blur tras Parklife. The Great Escape tenía sus momentos (The Universal, preciosa) pero ya denotaba que el fuelle se estaba agotando.

Lo mejor de Parklife es que en si mismo esconde mucho de lo que mas brillante del legado musical británico. Sin ser perfecto, tiene momentos como To The End o This Is A Low que justifican la existencia de un disco como este. Formidables canciones. Mucha frescura, muchas ideas y también mucha cabeza detrás. La de Damon Albarn, un tipo brillante y algo raríto, que por lo que dicen, está empezando a perder los papeles gracias a su afición a la botella. También confieso que siempre me echó para atrás su imagen de pijos londinenses, que para mi jugó en su contra en comparación de la provocadora zafiedad urbana de sus enemigos íntimos de Manchester y la impostada (pero maravillosa) pose ambigua de Suede. Pero Blur lo hicieron muy bien. Tenían las canciones, tenían carisma y aprovecharon el momento. Que les quiten lo bailao.