Blood Sugar Sex Magik.

Nunca podré olvidar la guerra que dio con este disco un buen amigo mio en el viaje de estudios a Italia allá por 1993. Recuerdo que no lo paraba de escuchar y ponérmelo constantemente durante los ocho o diez días de aquel viaje. Yo contraatacaba con el Achtung Baby de U2, el Glittering Prize de Simple Minds, el Lucky Town de Springsteen o el Automatic For The People de REM. Y mi otro colega de viaje con discos de Rosendo y Guns N Roses. Pero el tío era incansable con este excesivo y generacional Blood Sugar Sex Magik. Recuerdo también que se compró en el mercadillo de Florencia camisetas, gorras, chapas, etc... con el símbolo del grupo. Cansino el tío. Pero coño, que buena época! 

Acabe harto del Give It Away y del dichoso disco pero ahora, mas de veinte años después, me lo pongo (sin ser Red Hot Chili Peppers un grupo santo de mi devoción) y me traslada inevitablemente a aquel viaje, a aquellas juergas nocturnas por Roma, a mis primeros contactos con alguna droga (suave, ojo, que soy muy formal), y a un viaje que fue de locos. Mi particular Lost Weekend. Tan de locos que recuerdo estar de resaca en la Capilla Sixtina y no enterarme absolutamente de nada. Pecados de juventud. Y ahí estaba este disco como inesperada banda sonora de aquellos días. Quizás fue inevitable que fuera este y no otro y por eso le tengo el cariño que le tengo. Ademas, mi amigo siempre fue un buen amigo. Es el clásico caso en el que un álbum que te gusta mas por lo que te recuerda de vivencias que por el propio valor musical en si. De hecho, es un grupo al que no les perdono la osadía de hacer funk a lo Prince (este es intocable). Pero Under The Bridge y Funky Monks son grandes canciones.