Supongo que hay discos de los que ya no queda mucho por decir. Por mi parte, seguro que no. Automatic For The People es uno de esos
discos. La cima de la música en los noventa (siempre defenderé esta opinión ante quien sea, ningún disco de su epoca resiste la comparación ni un round) y la obra maestra
que hizo que REM tocaran el cielo, una vez mas. Gracias a la generosidad
infinita (gracias Fernando) de un buen amigo, ha caído en mis manos esta
hermosa edición del álbum. En caja de madera, con fotos exclusivas en papel
especial, una joya que seguro acabaré metiendo en una urna con contraseña. Pero
las gracias también hay que dárselas a REM por parir semejante colección de
canciones, tan valiente, insospechada y brillante. Valiente por lanzar como presentación algo como Drive
tras el terremoto de Out Of Time. Insospechado por su cariz acústico y su carácter
tradicional (en una época en la que el grunge y demás parecía que borrarían del
mapa a las mandolinas y los violines). Y brillante por que la música que contiene, que es
sencillamente eterna. Me sigo emocionando como la primera vez cuando escucho
ese pasaje que forman Man On The Moon, Nightswimming y Find The River. Se puede hacer algo mas hermoso? El misterio de Automatic me sigue cautivando gracias a Drive o Sweetness Follows. Y una sonrisa de vibrante gozo me aparece siempre al compás de Igonoreland o The Sidewinder Sleeps Tonite. Se podrían decir mas cosas de un disco semejante. Pero para eso ya están los libros de historia del rock. REM en la cima del mundo.
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