jueves, 30 de julio de 2015

Cecil.

Ni quiero saber ni me importa conocer quien ha sido el ser (in)humano capaz de haber aniquilado a esta maravilla de la Naturaleza solo por el puro placer de hacerlo. Detesto la caza mayor. Con la mal llamada caza menor sufro menos porque el daño no es el mismo. Y que me perdonen por despreciar a aquellos que tienen como gran afición coger una escopeta e ir a aniquilar animales de la belleza y porte de un león africano (o un muflón ibérico o un jaguar sudamericano). Hay que ser muy cobarde y ciertamente prepotente (la misma prepotencia del machismo o la superioridad racial) sobre otro ser vivo indefenso para apuntarle con un rifle y quitarle la vida como trofeo personal. Despreciable y tan criminal como cualquier otro acto semejante. Y luego hay que oirles presumir de su "amor y respeto por la Naturaleza". Hipócritas. Este extraordinario león asesinado por la mente de un adinerado engreído era pura belleza. Ahora es solo una victima mas que sumar a la larga lista de victimas de cazadores furtivos o no furtivos. Porque yo no veo la diferencia entre unos y otros. Entre los que se dedican a la caza de animales por puro placer, no hay diferencias. Lo demás, es demagogia.


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