lunes, 19 de octubre de 2015

Automatic For The People.

Supongo que hay discos de los que ya no queda mucho por decir. Por mi parte, seguro que no. Automatic For The People es uno de esos discos. La cima de la música en los noventa (siempre defenderé esta opinión ante quien sea, ningún disco de su epoca resiste la comparación ni un round) y la obra maestra que hizo que REM tocaran el cielo, una vez mas. Gracias a la generosidad infinita (gracias Fernando) de un buen amigo, ha caído en mis manos esta hermosa edición del álbum. En caja de madera, con fotos exclusivas en papel especial, una joya que seguro acabaré metiendo en una urna con contraseña. Pero las gracias también hay que dárselas a REM por parir semejante colección de canciones, tan valiente, insospechada y brillante. Valiente por lanzar como presentación algo como Drive tras el terremoto de Out Of Time. Insospechado por su cariz acústico y su carácter tradicional (en una época en la que el grunge y demás parecía que borrarían del mapa a las mandolinas y los violines). Y brillante por que la música que contiene, que es sencillamente eterna. Me sigo emocionando como la primera vez cuando escucho ese pasaje que forman Man On The Moon, Nightswimming y Find The RiverSe puede hacer algo mas hermoso? El misterio de Automatic me sigue cautivando gracias a Drive o Sweetness Follows. Y una sonrisa de vibrante gozo me aparece siempre al compás de Igonoreland o The Sidewinder Sleeps Tonite. Se podrían decir mas cosas de un disco semejante. Pero para eso ya están los libros de historia del rock. REM en la cima del mundo.

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