sábado, 5 de septiembre de 2015

Vértigo.

Vértigo es una de las películas mas fascinantes que he visto nunca. No la entiendes cuando la visionas de niño. No la aprecias como merece cuando la revisas de joven. Y la disfrutas en toda su magnitud cuando ya tienes unos años. Se han escrito decenas de libros, de ensayos, de tratados, sobre la obra maestra de Alfred Hitchcock, desmenuzándola, teorizando sobre ella, etc…y aun asi, su magia sigue intacta. Durante las pasadas vacaciones volví a revisarla tras años sin hacerlo y tanto por la copia que disponía como por la televisión de reciente adquisición que tenemos en casa, apareció ante mis ojos en todo en su esplendor. 

Compleja, obsesiva, imaginativa, agobiante, romántica, genial. Un complejo e indefinible James Stewart en estado de gracia y una Kim Novak que no parece de este mundo. Quizás la mejor rubia que tuvo Sir Alfred en sus manos aunque su colaboración solo se diera en esta película. No fue apreciada en su día y tuvieron que pasar unos años hasta que Vértigo se empezara a colar en las listas de lo mejor de la historia del cine. Quizás una de las películas mas imitadas consciente e inconscientemente por decenas de directores (De Palma, Amenabar, Polanski….) pero jamás superada. Difícil elegir mi película favorita de Sir Alfred estando por ahí Encadenados, La Ventana Indiscreta y Con La Muerte entre en los Talones, pero Vértigo tiene un halo especial, unas intenciones diferentes. Eterna.

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